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El Salvador: Juego de palabras

El Salvador: Juego de palabras

   A chis puede significar en El Salvador algo más que el sonido de un fuerte estornudo, causado por un resfriado o por la alergia a cualquier ácaro esparcido por el ambiente.

   Esta expresión popular sugiere que, al individuo que la pronuncia, no le interesa, le asusta o no acepta, un situación en particular.

   _A chis, ¿a mi qué me importa?, quizás piense usted si fuese oriundo de esa nación centroamericana, pero nunca está de más conocer juegos de palabras poco usuales o distintivos de otros países de habla hispana.

   Eso le evitará pasar por egoísta cuando algún guanaco le solicite chirilicas o colaboración con la cabuda: colecta entre conocidos con el ánimo de completar lo necesario para comprar chelas o cervezas destinadas a festejar el encuentro.

   En cambio, si lo convidan a chambiar, sepa que sólo le están reclamando que vaya a trabajar y que deje de hacerse el bayunco, o lo que es igual: el chistosito con ocurrencias estúpidas, muchas veces a costa de los demás.

   Rica en vocablos distintivos es el habla de los salvadoreños, que también identifican como bolado a cualquier tema u objeto, cuyo nombre olvidaron o desconocen.

   Este término también suele ser empleado por hombres poco respetuosos en alusión a la mucura, es decir, a la mujer, amante o dama.

   A su vez, las cosas ordinarias o de mala calidad son llamadas por los pobladores del país más pequeño de Centroamérica cacaso, expresión que puede implicar además una crítica a quienes se niegan a hacer favores o son consideradas personas mal intencionadas.

   Estos seres humanos, rechazados por la mayoría de las personas en cualquier rincón del planeta, se identifican de manera indistinta como  tocho o chafa.

   Chismear, esa fea costumbre mal atribuida por nuestras sociedades machistas a las mujeres pero también practicada por muchos hombres, se conoce entre los salvadoreños por chambriar.

   Lingüistas locales coinciden en afirmar que este vocablo se emplea por lo general para identificar a quienes la pasan comentando de forma espontánea sobre hechos y sucesos de la vida pública y privada de cualquier persona, sin excepciones.

   Mientras penquiar, taleguiar, sopapiar, tastasiar, pifiar, dar verga o cachimbiar, constituyen sinónimos de la misma acción: agarrar a golpes a alguien al extremo de dejarlo al borde de la inconciencia.

   El elevado consumo de bebidas alcohólicas puede conducirle a una bajuca, talega o zumba (borrachera), pero seguro terminará procurando alimentos en la madrugada, lo que en El Salvador llaman el bajón.

   Más, le vale no gastar todas las lucas, bolas, baros, Bee Gees, chirilicas o billetes en esa fiesta, por si comete una infracción de tránsito y lo atrapa la chota, la jura, la chuyilla o policía.

   O tal vez para poder salir el domingo a chotiar con la cipota o los cheros de la colonia a distraerse de las rutinas diarias.

   Criticado por todos es ese personaje que en casi toda Latinoamérica se conoce por agarrado, tacaño o codo. Sin embargo, en El Salvador es llamado chucho como se le dice de forma cariñosa a los perros aguacateros.

   Y si algún día tiene la posibilidad de viajar a esa nación no se asuste si lo invitan a tomar el chuzón: se trata del vehículo colectivo destinado al transporte publico.

   Eso sí, procure andar con cuidado ante los elevados niveles de violencia y el enjambre de cuilios o paramilitares, que andas por las calles mezclados entre los ciudadanos normales.

  También pudieran aparecer en esta relación de palabras, poco usadas entre académicos, políticos u hombres de ciencias en ese país, otros modismos como gato (aquel que cree que es alguien y no es nada) o grencho (sujeto de lenguaje y maneras rebuscadas).

1 comentario

Guadalupe Trigueros -

Somos unicos los Salvadoreños..!!! Con orgullo Guanako..!!!